El Papa Francisco. Foto: Vatican Media
El Pontífice destacó que “en la vida contemplativa, Dios a menudo
anuncia su presencia de manera inesperada”. “Con la meditación de la
Palabra de Dios en la lectio divina, estamos llamados a permanecer en
una religiosa escucha de su voz para vivir en constante y jubilosa
obediencia”.
“La oración genera en nuestros corazones, dispuestos a recibir los dones sorprendes que Dios está siempre preparado a darnos, un espíritu de renovado favor que nos lleva, a través de nuestro trabajo cotidiano, a buscar el compartir los dones de la sabiduría de Dios con los otros: con la comunidad, con aquellos que vienen al monasterio para la búsqueda de Dios, y con cuántos estudian en vuestras escuelas, colegios y universidades”.
El Pontífice destacó también su “amor a la liturgia” que es “fundamental” en la vida monástica y “ante todo esencial para vosotros mismos, permitiéndoos estar siempre en la viva presencia del Señor”.
“Es preciosa para toda la Iglesia, que en el curso de los siglos nos ha beneficiado como agua de manantial que riega y fertiliza, alimentando la capacidad de vivir, personalmente y comunitariamente, el encuentro con el Señor resucitado”.
El Santo Padre, advirtió además que “en este tiempo en el que las personas son indiferentes y no tienen tiempo suficiente para escuchar la voz de Dios, vuestros monasterios y vuestros conventos se transforman en oasis, donde hombres y mujeres de todas las edades, proveniencia, cultura y religión pueden descubrir la belleza del silencio y reencontrarse a sí mismos, en armonía con el creador, consintiendo a Dios restablecer un justo orden en su vida”
Nenhum comentário:
Postar um comentário
COMENTE NOSSAS POSTAGENS